En este libro se nos propone un viaje de retorno a la Fuente de la Vida, viaje que se manifiesta como un despertar de la Conciencia, despertar de la memoria de nuestro Origen divino mediante la contemplación de la Belleza, que al decir de Platón es otro nombre de la verdad y el bien. Viaje análogo al que realiza el iniciado en los Misterios, no exento de obstáculos y dificultades –incomprensiones y densidades– a las que ha de imponerse hasta absorberse finalmente en el Origen. Viaje por etapas con rupturas de nivel, apuntando a otros planos, para acceder finalmente a la realidad supracósmica, más allá del Ser. Proceso arduo y delicado sintetizado en esta obra, o mejor, en este museo hermético cabalístico con un buen número de imágenes y textos mágico-teúrgicos, que reproducen la Cosmogonía y recrean la respiración del Cosmos o Ser Universal, tal es su orden y disposición.
Museo alquímico también, y a decir verdad un exponente de la Sabiduría Perenne expresada en un conjunto de pinturas todas de la mano de la autora, algunas originales y otras reproducciones libres de obras alquímicas, como un medio de reconocer y actualizar la poética universal que se adivina en estos verdaderos mandalas que vehiculan ideas arquetípicas, modelos eternos operativos y actuales, revelados en estas obras extraordinarias, así como en los textos que aportan la luz precisa para ver con claridad lo que subyace: proporciones invisibles, correspondencias numéricas, cadencias geométricas, armonías sutiles sólo audibles en el Corazón, ecos de la Unidad y del Principio único.
Pare ver la colección completa del Aleteo de Mercurio, ir a link del blog:
http://aleteodemercurio.blogspot.com/
Reseñas
El hallazgo de este libro y recorrer sus páginas produce un verdadero asombro, al percibir en él una naturaleza musical; se diría que es capaz inducir a los sentidos la facultad de la sinestesia. ¿Cómo es ello posible?, ¿qué nos parece estar oyendo? nos preguntamos. Algo invita al pensamiento a detenerse en la lectura de los textos y en la contemplación de las imágenes, que a través de su poética producen un encantamiento en el que la conciencia parece ritmarse con cierta melodía interna que la mueve a preguntarse, cual avezada filósofa, por su identidad, rememorando ese famoso adagio escrito en el frontón del templo de Delfos “Conócete a ti mismo”. Es por intermedio de la belleza y de la inteligencia aquí reflejada que el alma se ritma con una melodía sutil, que como un recuerdo aparentemente olvidado se hace presente en su anhelo por conocer; su audición parece evocar una identidad misteriosa que nada tiene que ver con aquello a lo que estamos acostumbrados en la cotidianidad del mundo en el que vivimos. ¿Qué aventura es ésta, qué secreto se halla guardado en este libro?
La autora nos propone un recorrido a través de textos tradicionales de diversos tiempos y lugares, de los que se da cuenta detallada en la bibliografía, todos ellos con un punto en común: su vínculo con el Misterio en cuanto fuente de toda la Sabiduría transmitida a los hombres por el legado de la cadena áurea. Fruto de la enseñanza recibida y de un proceso interno de aprehensión del conocimiento secreto de estas fuentes, se nos ofrecen breves comentarios de mano de la propia autora e imágenes promovidas por su inspiración, verdaderas obras de arte en el sentido cabal del término, que es el de trazar en la materia los arquetipos, o el mundo de las Ideas en el sentido platónico.
En el taller hermético. Notas y bocetos alquímicos nos relata la experiencia de un proceso interno, alquímico, en el que con generosidad se comparte con los lectores, por intermedio de la palabra y la imagen, ciertos hitos especialmente significativos que marcan este recorrido, y que permiten poner nombre a sus diversas fases. El encuentro con la Tradición Hermética gracias a la obra de Federico González, y a través de ella el conocimiento de la cábala o de textos tan aparentemente dispares como las enseñanzas de los indios norteamericanos, conforman un hilo sutil que religa todos estos ámbitos, hilo que no es otro sino el de la certeza de una Tradición Primordial, un tronco común del que ha emanado todo el saber de todos los tiempos. Al igual que en los demás libros de la “Colección Aleteo de Mercurio”, en éste se transmite también una palabra viva y vivificante, completando el triple gesto de las gracias: devolver lo recibido. Muchas gracias.